domingo, 21 de agosto de 2011

Odiarte, porque le permitís que te lastime una y otra vez. Porque tu orgullo es más fuerte que duradero, porque las ganas de perdonar se te van, con la misma rapidez con la que vuelven. Porque le darías tu vida, aunque te quedes sin nada porque él nada te da. Y cuando intentas olvidar, más te odias por no poder, y más lo amas.

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