Pero, de repente,un día te das cuenta. Te das cuenta de queya no pensás tanto en el otro. Te das cuenta queya no lo buscás más. Te das cuenta de que ya no está y queno esperás que vuelva, porque, de alguna forma, ya está.Y ahí, sólo te queda recordar las cosas buenas, olvidar las cosas malas, y seguir adelante. Porquesiemprehay un adelante por el que seguir. El tema no está en olvidar, está en aceptar la ausencia del otro, el vacío que deja alguien cuando se va,y aceptar que ya no puede seguir ocupando el lugar que antes sí. Y esperar que, algún día, otra persona vuelva a llenarnos, probablemente de otra forma, desde otro lugar, distinto.
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